Espiritualidad
La espiritualidad desde la perspectiva del Nuevo Pensamiento y la Kabbalah.
La espiritualidad es una exploración profunda de nuestra conexión con una fuerza superior y con la esencia más pura de nuestro ser. En el Nuevo Pensamiento, creemos que cada uno de nosotros tiene el poder de moldear nuestra realidad a través de nuestros pensamientos, creencias y actitudes. Este poder no es algo externo a nosotros, sino una manifestación de la divinidad que reside en nuestro interior.
La Kabbalah, por su parte, nos enseña que la vida es un viaje hacia la comprensión y la revelación de la luz divina. A través de este viaje, buscamos elevar nuestra conciencia y conectarnos con los aspectos más altos de nuestro ser, los cuales están alineados con la energía divina que sostiene y guía el universo.
Unificando estos dos enfoques, podemos decir que la espiritualidad es un proceso de ascensión personal, una elevación de nuestra mente y nuestro corazón hacia una mayor comprensión y experiencia de la vida. Es un camino en el que reconocemos que estamos hechos a imagen de lo divino, y que al sintonizarnos con pensamientos positivos y elevados, nos acercamos más a esa luz interior.
Así como en la Kabbalah ascendemos por los niveles del árbol de la vida para acercarnos a la fuente de toda creación, en el Nuevo Pensamiento utilizamos el poder de nuestra mente y espíritu para manifestar una vida en armonía con esa misma fuente. Ambos caminos nos invitan a reconocer que el universo es un reflejo de nuestro estado interno, y que al elevarnos en conciencia, también elevamos el mundo a nuestro alrededor.
El Nuevo Pensamiento: El Poder de la Mente y la Creación de la Realidad
El Nuevo Pensamiento es una filosofía espiritual que sostiene que nuestros pensamientos, creencias y actitudes tienen el poder de moldear nuestra realidad. Nacida a finales del siglo XIX, esta corriente fue impulsada por figuras como Phineas Quimby, Emma Curtis Hopkins y Ralph Waldo Emerson. El Nuevo Pensamiento se basa en la premisa de que la mente es una herramienta poderosa capaz de influir en todos los aspectos de nuestra vida, desde la salud hasta las relaciones y la prosperidad.
Una de las ideas centrales del Nuevo Pensamiento es la creencia en una Mente Universal o Poder Divino, del cual todos somos una expresión. Esta Mente Universal es vista como una fuente infinita de amor, sabiduría y abundancia. Al sintonizar nuestros pensamientos con esta fuente, podemos atraer y manifestar en nuestra vida todo lo que deseamos.
El principio de la ley de atracción es fundamental en el Nuevo Pensamiento. Según esta ley, lo que pensamos y sentimos atrae circunstancias similares. Si mantenemos pensamientos positivos y constructivos, atraeremos experiencias positivas. Por el contrario, pensamientos negativos tienden a atraer situaciones desfavorables. Por lo tanto, la práctica del Nuevo Pensamiento implica cultivar una mentalidad de gratitud, afirmación positiva y visualización creativa para alinear nuestra vida con el bien que deseamos experimentar.
El Nuevo Pensamiento no se limita a un enfoque individualista. También enfatiza la importancia de la compasión y el servicio a los demás, reconociendo que todos estamos conectados como parte de una misma Mente Universal. Así, al mejorar nuestra vida a través del poder de la mente, también contribuimos al bienestar colectivo.
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La Kabbalah: Un Camino hacia la Sabiduría y la Luz Interior
La Kabbalah, una tradición mística judía, ofrece una profunda comprensión del universo, la vida y la naturaleza humana. Se dice que es la enseñanza esotérica oculta en la Torá, revelada únicamente a aquellos que buscan la verdad y la sabiduría con un corazón puro. Aunque sus raíces están en el judaísmo, la Kabbalah ha influido en diversas corrientes espirituales y filosóficas, atrayendo a personas de todas las creencias.
En el corazón de la Kabbalah se encuentra el Árbol de la Vida, un diagrama místico que representa las diferentes esferas o “sefirot” que componen la realidad. Estas sefirot son manifestaciones de la energía divina en distintos niveles de existencia, desde lo más abstracto y espiritual hasta lo más tangible y físico. A través de la Kabbalah, se busca comprender cómo estas sefirot interactúan y cómo podemos alinearnos con su flujo para vivir en armonía con el propósito divino.
El camino kabbalístico es uno de ascensión espiritual, donde el objetivo es elevar nuestra conciencia para acercarnos a la luz divina, conocida como Ein Sof, el infinito. Los kabbalistas creen que, a través de la meditación, el estudio y la práctica espiritual, podemos revelar esta luz en nuestras vidas y en el mundo. Este proceso no solo transforma nuestra percepción, sino que también nos ayuda a trascender las limitaciones de la existencia material y a experimentar una conexión más profunda con la divinidad.
Además, la Kabbalah enseña que cada acción que realizamos tiene un impacto en el equilibrio universal. Por lo tanto, la práctica kabbalística no es solo un viaje personal, sino una responsabilidad hacia el mundo entero. Al elevar nuestra conciencia, contribuimos a la restauración del equilibrio cósmico, lo que los kabbalistas llaman “Tikkun Olam” o la reparación del mundo.
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Los Cátaros: Un Camino de Pureza y Espiritualidad Interior
Los cátaros fueron un grupo religioso medieval, principalmente activo en el sur de Francia durante los siglos XI al XIII, que ofreció una visión alternativa del cristianismo, enfocada en la pureza espiritual y la dualidad entre el bien y el mal. Aunque su doctrina fue duramente perseguida por la Iglesia Católica, su legado sigue vivo como un símbolo de búsqueda espiritual y resistencia ante la ortodoxia.
En el corazón de la creencia cátara estaba la idea de que el mundo material era una creación corrupta del “Demiurgo”, una entidad inferior asociada con el mal, en contraste con el reino espiritual puro y divino creado por el Dios verdadero. Los cátaros veían la existencia terrenal como una prisión para el alma, que debía ser liberada para regresar al reino de la luz, libre de la corrupción y el sufrimiento inherentes a la vida material.
Para los cátaros, el camino hacia la salvación no pasaba por los sacramentos o las instituciones de la Iglesia, sino por la vida de pureza y sencillez, que reflejara su desapego del mundo material. Los “Perfectos”, líderes espirituales cátaros, eran un modelo de esta vida, viviendo en celibato, rechazando toda posesión material y dedicándose por completo a la enseñanza y guía espiritual. La meta de los cátaros era alcanzar una comunión directa con lo divino, sin intermediarios, a través de una vida basada en la compasión, la humildad y la renuncia al mal.
El consolamentum, un rito cátaro fundamental, simbolizaba este compromiso. Era un ritual de iniciación que transformaba al creyente en un “Perfecto”, marcando su renuncia definitiva a las tentaciones del mundo material y su dedicación completa a la vida espiritual.
Aunque los cátaros fueron finalmente exterminados durante la Cruzada Albigense y la Inquisición, su influencia persiste como un recordatorio del poder de la fe individual y la búsqueda de la pureza espiritual. Los cátaros desafían la idea de que la verdad espiritual debe ser monopolizada por instituciones, y en su lugar, proponen un camino directo y personal hacia lo divino, basado en la integridad moral y el desapego de lo material.